Cuando don José (nombre ficticio) fue sentenciado por un delito ambiental, jamás pensó que su vida daría un giro de 180 grados. Después de haber cumplido con parte de su sentencia, en la que debía realizar 100 horas de servicios de utilidad pública; él y su pareja sentimental sufrieron un aparatoso accidente de tránsito en el que, ambos, resultaron amputados de su pierna izquierda. Su situación personal, familiar, social y principalmente su situación jurídica estaban comprometidas con su nueva condición. Pese a que su panorama era incierto, en una audiencia judicial, su defensa pública tuvo la iniciativa de solicitar que el caso se tramitara por Justicia Restaurativa.
Tras diversas gestiones y coordinaciones, el equipo de Justicia Penal Restaurativa de Pococí y Siquirres, realizó la primer Reunión Restaurativa de una persona sentenciada y cuya condición, analizada desde el paradigma restaurativo, requería de un trámite expedito, el ejercicio de un proceso justo, y la utilización de estrategias acordes con las políticas de acceso a la justicia que promulga nuestro sistema judicial.
El reconocimiento del daño, al haber incumplido parcialmente con su sentencia, permitió que su actitud frente al plan reparador fuera de compromiso y responsabilidad activa, además, las condiciones se ajustaron a su situación particular; y, la participación de la comunidad ha sido de primordial relevancia durante todo el proceso restaurativo.
Posterior a la Reunión Restaurativa, la persona usuaria mostró una mayor comprensión respecto a las repercusiones de los hechos que inicialmente fueron juzgados, y también de consecuencias del incumplimiento, lo cual evidencia el potencial de la Justicia Restaurativa como una práctica efectiva en la prevención tercearia de la comisión de conductas delictivas.
Aún se trabaja con muchos retos y limitaciones, pero un caso como el descrito, fortalece nuestra premisa que "A través del diálogo, se hace justicia".
